lunes, 22 de agosto de 2011

CONTROL DE TRACCIÓN

El control de tracción es un sistema de seguridad automovilística lanzado al mercado por Bosch en 1986 y diseñado para prevenir la pérdida de adherencia de las ruedas y que éstas patinen cuando el conductor se excede en la aceleración del vehículo o el firme está muy deslizante, En general se trata de sistemas electrohidráulicos.




Podemos decir que hay dos tipos básicos de sistemas que controlan la
tracción de las ruedas motrices:


El primero de ellos, es el Diferencial Autoblocante Electrónico, denominado EDS.
Este sistema busca la mejor motricidad del vehículo para evitar el patinado de los
neumáticos sobre firme deslizante o bajo una fuerte aceleración, comportándose el
sistema EDS como un diferencial autoblocante. Así, actúa cuando una de las ruedas
motrices gira indiscriminadamente y la otra no. En este caso el vehículo no se moverá.
El EDS frenará a la rueda con movimiento logrando que el diferencial transmita
movimiento a la otra rueda y que el vehículo comience a moverse. El sistema EDS
utiliza la instalación de freno y aprovecha el sistema ABS (Anti-lock braking system)
para su funcionamiento.






El diferencial en la transmisión del vehículo se usa para permitir diferencia de giro
entre las ruedas motrices de un mismo eje. Esto nos beneficia, sobre todo, en las
curvas, evitando deslizamientos laterales del neumático debido a la tracción, pero
debido a su concepción no es un sistema apropiado para un reparto de fuerza motriz
correcto en fase de aceleración sobre firme deslizante, mojado y/o con grava, así
como sobre caminos de tierra. El diferencial provocaría que la rueda que patina reciba
toda la fuerza motriz, mientras que a la rueda que puede traccionar se le elimina casi
por completo esta fuerza. La consecuencia de esto es el deslizamiento de una de las
ruedas a gran velocidad mientras que la otra rueda, la que puede traccionar, se queda
parada.
Si las dos ruedas motrices de un vehículo giran a la misma velocidad, el reparto de
fuerza motriz es el mismo con lo que, la tracción es muy favorable. Por tanto, el
objetivo del sistema de control de tracción es conseguir igualar la velocidad de ambas
ruedas motrices.

 

En automóvil de carreras: Permite una máxima tracción al acelerar después de una curva, sin deslizamiento de ruedas.


En vehículos de carretera: el control de tracción ha sido tradicionalmente un aspecto de seguridad para   coches de alto rendimiento, los cuales necesitan ser acelerados muy sensiblemente para evitar que las ruedas se deslicen, especialmente en condiciones de mojado o nieve. En los últimos años, los sistemas de control de tracción se han convertido rápidamente en un sistema equipado en todo tipo de vehículos por sus ventajas en seguridad.



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